LA IGLESIA NO SE DETIENE

por | Ago 9, 2021

(CNAS Brasil) La pandemia fue sin duda un parteaguas en la historia de la Iglesia. La imposibilidad de realizar servicios presenciales, el desarrollo de plataformas online y, para muchos, la incertidumbre de cómo sería el resultado de esta nueva forma de trabajar, que se presentó como una de las únicas viables durante el período de distanciamiento físico.

Brasil se encamina hacia mejores tiempos en relación con la segunda ola de COVID-19 que llegó al país a principios de este año. Y en este nuevo tiempo, ya podemos ver el fruto de toda la inversión y esfuerzo de la iglesia para soportar el tiempo de dificultad y ver ahora la oportunidad de emprender nuevos vuelos. Entre muchas iglesias que enfrentaron este desafío, se encuentra la Iglesia del Nazareno Betel en Belo Horizonte, pastoreada por el Rev. Adriano Pedroso que pertenece al distrito de Minas Gerais en Brasil e incluso fue uno de los distritos que tuvo crecimiento en su membresía durante la época de la pandemia.

La Iglesia del Nazareno Betel ya vivía una época de avivamiento en el período que antecedió al distanciamiento físico iniciado en 2020, nuevos miembros, muchas conversiones, vidas transformadas y durante este buen momento, las puertas de la iglesia tuvieron que cerrarse siguiendo el reglamento de las agencias de salud. Pero lo que podría ser un factor limitante se ha convertido en un impulso para una mayor inversión en equipamiento, entrenamiento de personal capacitado en los multimedia, participación de los jóvenes y mayor alcance a personas que aún no han conocido al Señor, tanto en Belo Horizonte como en diferentes partes de Brasil a través de Internet.

Visitas a hospitales, apoyo a los profesionales de la salud, canastas de alimentos, desayunos, sopas, la mano de la iglesia se extendió a la comunidad e incluso con puertas cerradas y limitaciones restrictivas, la Iglesia creció, se realizaron bautismos, la recaudación de ofrenda aumentó y con ello la inversión en las necesidades de la iglesia y la comunidad local fueron suplidas en ese tiempo. La Iglesia del Nazareno es el resultado de la unión y ninguna distancia física puede cambiar nuestra identidad. La forma cambió por un tiempo, pero la creatividad y el llamado del Señor a su iglesia permiten que testimonios como este sean algo que escucharemos en todo Brasil, porque las puertas pueden cerrarse, pero la Iglesia del Señor siempre prevalece.

Fuente: Comunicaciones Nazarenas – Brasil

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