DISCIPULADO TRANSFORMACIONAL

por | Feb 7, 2023

“FELICITACIONES, YA TERMINASTE LA CLASE DE DISCIPULADO” …

Recuerdo cuando inicié en la iglesia. Para ese tiempo había un grupo de chicos en algo que llamaban “clases de discipulado”. Escuchaba conversaciones como: “Voy por la lección 7”, “Yo voy por la 13”, así que me involucré y terminé mis 13 lecciones que finalmente, me dieron mucha información, pero poca transformación.

¿PODRÍAS AYUDARME A DARLE EL DISCIPULADO A DANIEL?

Daniel era un nuevo creyente que necesitaba pasar por el discipulado y el pastor me pidió que se lo dé. Como yo había tomado las clases de discipulado y tenía más de un año asistiendo a la iglesia, estaba capacitado para poder dar esas clases a otros.

Cuando me paré frente a la idea de discipular a otros lo primero que pensé era que no estaba apto. “¿Quién, yo? ¿Discipular a Daniel? Pero yo no sé todas las respuestas. Yo no he ido al seminario. ¿Qué tal si alguien me pide un consejo y yo no sé qué decirle? ¿Quién soy yo para colocarme por encima de otros?”

Posiciones como estas revelan una errónea concepción de lo que es el discipulado. Colocarnos por encima de otros es exactamente lo que no es el discipulado. No es acerca de decirle a otros qué hacer, discipular tiene muy poco que ver con esto. En lugar de ello, un buen discipulador ayuda a otro a hacer descubrimientos por sí mismos que generan transformación.

FÓRMULA TRASNFORMACIONAL

DES (D x A x R) =T

UTILIZANDO LA FÓRMULA TRANSFORMACIONAL

Hace unos meses atrás aprendí una nueva fórmula que Felix Ortíz menciona en su libro el Modelo Coach. Intenté adaptar esta fórmula al discipulado transformacional y la explicaré de la siguiente manera. El Espíritu Santo (ES) utiliza a un Discipulador (DES) que acompaña en un proceso de discipulado a una persona para ayudarle a generar Descubrimiento (D) en áreas de su vida que necesitan ser moldeadas. Este Descubrimiento es acompañado con Acciones (A), es decir; un cambio de conducta, nuevo hábito, una relación que necesita ser fortalecida, etc. Una vez que esa acción es llevada a cabo, entonces viene la última etapa de la fórmula que es el Refuerzo (R) de estas nuevas conductas, habilidades o hábitos que el discípulo aprendió. Finalmente surge como resultado la Transformación (T).

“HASTA QUE TODOS LLEGUEMOS A LA UNIDADDE LA FE Y DEL CONOCIMIENTO PLENO DEL HIJO DE DIOS”

CON LA META EN MENTE

Cuando inicio una relación de discipulado con alguien no es un asunto de algunas pocas lecciones, aunque éstas nos ayudarán en el proceso. La meta del discipulado debe ser “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Ef. 4:13 LBLA), y este proceso me tomará “toda la vida”.

Autor: Jimmy De Gouveia

 

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