LA VISIÓN EVANGELISTICA DE JESÚS

por | Sep 12, 2022

Jesús enfoca todo su ser y ministerio en el reino de Dios. Es su palpitar, su respirar, su ser. Jesús presenta su visión sobre el evangelismo y el discipulado en la parábola de la semilla de mostaza.

“Jesús también les contó esta parábola: El reino de los cielos es como una semilla de mostaza que un hombre siembra en su campo. Es, por cierto,
la más pequeña de todas las semillas; pero cuando crece, se hace más grande que las otras plantas del huerto, y llega a ser como un árbol, tan grande que las aves van y se posan en sus ramas” (Mateo13:31-32 DHH).

El primer principio es que el reino
de Dios se expande de comienzos insignificantes a proporciones inimaginables. La expresión “como una semilla de mostaza” era un modismo para designar algo muy pequeño e insignificante. En un recipiente de 3 centímetros cúbicos caben 15,000 semillas de mostaza. Hoy sabemos que la partícula más pequeña es el quark. En nuestro día pudiéramos decir: “El reino de los cielos es como un quark, la partícula más pequeña conocida…”

La semilla de mostaza que es tan pequeña, se convierte en un arbusto que crece aproximadamente dos metros y medio. Esta parábola es un contraste.

Lo más pequeño se convierte en algo inigualable e incomparable. La visión evangelística de Jesús va de una pequeña semilla de mostaza a un bosque que cubriría todo el mundo.

El segundo principio es que el reino de Dios tiene una expansión inigualable y siempre exitosa, no puede ser detenido, no depende de nosotros. La semilla de mostaza es una de las

“EL REINO DE DIOS SE EXPANDE DE COMIENZOS INSIGNIFICANTES A PROPORCIONES

primeras plantas en florecer, aprovecha más rápido los nutrientes que otras semillas y de hecho es la primera que produce semillas. Debido a estas características, en el tiempo de Jesús, era difícil de controlar el crecimiento de la semilla de mostaza lo que nos enseña que la expansión del reino no sólo es gigantesca sino imparable.

El tercer principio es que el reino provee protección y seguridad inigualable.

“… Una semilla de mostaza…llega a ser como un árbol, tan grande que las aves van y se posan en sus ramas”” (Mateo 13:32, DHH). Finalmente, el Reino se convierte en un lugar en donde todos podemos estar. El llamado hoy para los cientos de jóvenes de la región SAM en AVIVA es que seamos como un árbol gigantesco, para que muchos en nuestra comunidad lleguen a Jesús y puedan recibir consuelo, seguridad, y aliento para sus vidas.

La parábola de la semilla de mostaza nos enseña que no hay límites para
el evangelismo. De lo más pequeño podemos llegar a ser el más grande de los bosques.

Por: Dr. Christian Sarmiento

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